domingo, 5 de abril de 2009

Valle de la Luna

“…sólo anhelaba una cosa: cruzar la frontera, no importaba cuál ni dónde, porque no me importaba el fin, la meta, el destino, sino el mero acto, casi místico y trascendental, de cruzar la frontera” (Viajes con Herodoto, Ryszard Kapuscinski)

El verano pasado crucé la frontera, ese deseo tan anhelado que comparto con Kapuscinski. Más bien, crucé el gran charco que nos separa del inmenso continente americano. Mi destino: Argentina. No hace falta decir que la riqueza de paisajes y de gentes de este país es impresionante.
En el extremo norte de la provincia de San Juan, limítrofe con Chile, se encuentra el Valle de la Luna (también conocido como el parque provincial de Ischigualasto). Una reserva paleontológica absolutamente espectacular. Es el único lugar les mundo donde puede verse totalmente al descubierto el periodo triásico. Entrar aquí es entrar en un lugar de formaciones rocosas surrealistas. Las lluvias y el viento de miles de año han ido formando un paisaje absolutamente increíble.

















El turista que llega a este parque se encuentra con un territorio prácticamente desierto. La ruta se realiza en coche, ya que son más de 40km de caminos rocosos. En cada parada, un guía nos explicaba todos los secretos que esconden aquellas rocas.

Ischigualasto, en quechua, significa “sitio donde se posa la luna”. Un nombre muy acertado, ya que el color de la tierra y los cráteres que se forman por todas partes nos recuerdan a la luna.



Si alguna vez visitáis Argentina, intentad desviar vuestra ruta hasta el Valle de la Luna. Realmente merece la pena.


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